A menos de treinta días de concluir mi servicio social…

julio 07, 2010 3 respuestas humanas
Un post dedicado a todos los rostros de mi servicio social...


Bueno, todo lo que pueda decir al respecto es poco. Esto viene a cuento con el post anterior. El año pasado concluyendo la licenciatura y con el futuro lleno de incertidumbre sobre lo que me esperaría este año de mi vida en el que por fin probaría que puedo ser una profesional.
Dicen que los primeros tres meses del servicio social son los peores. Y en gran parte, al menos en mi caso particular, fue totalmente cierto. El acomodarse a una nueva rutina, nuevos compañeros de trabajo con diferentes personalidades, una comunidad en extremo demanante.
Mi primera impresión, que aun la recuerdo, fue la de haber llegado a un lugar que prometía grandes cosas para mi. Sin embargo, creo que este año ha rebasado por mucho todas mis expectativas. Tuvimos un poco de todo. Algo de drama, algo de ira, rebeldía, otros momentos en los que la vocación y la pasión por lo que uno hace parecían salirse de contexto, pero que al final, nos dejaron con un buen sabor de boca, aunque en otras ocasiones no tanto.
Recuerdo los primeros días en los que no me ajustaba al horario. El tiempo del viaje se me hacía muy variante y siempre, o llegaba muy temprano, o muy tarde. Poco a poco el camino se fue haciendo más corto y más familiar. Las escenas de ese rutinario viaje poco a poco fueron tomando mas color, y ya no me asustaba tanto la distancia y un día, comencé a disfrutarlo.
Recuerdo que los primeros días me asustó la desorganización de la que era capaz. No encontraba un horario adecuado para cumplir con todas mis actividades y siempre tenía que quedarme hasta más tarde para terminar. Después eso cambió. Y ya cuando pensé que me estaba adaptando, comenzaron los sábados de sesiones con el Dr. Larena, y las jornadas de OTB y Colposcopía en Maxcanú. Cómo olvidarme de esa bendita jornada de OTB… Ahí fue cuando por primera vez entendí, a escasos 2 meses de haber iniciado el servicio, la responsabilidad que había en mis hombros. Ya no se trataba de “aprender” o “ayudar” al enfermero, si no que ahora yo era la enfermera y tenía que estar pendiente de cada uno de los detalles por mínimos que parecieran de cada una de esas pacientes. Primero en el preoperatorio, luego en el trans, en recuperación, en el postoperatorio, y finalmente, devolverlas a sus casas. Ese día terminé exhausta por completo, pero muy satisfecha por lo que había logrado. Deshacerme de la dependencia del estudiante, y asumir la responsabilidad que me correspondía cómo profesional.
Así las cosas fueron cambiando en mi unidad. Dejé de estar asustada, dejé de cuestionarme todo el tiempo sí podría hacerlo, si podría superarlo. Y comenzé verdaderamente a tomar un rol que siempre había querido, pero que no me había atrevido a desempeñar.
Poco a poco me gané el respeto de las enfermeras, e incluso, de los médicos con los que trabajaba. De pronto esperaban que lo resolviera todo. Y me dieron una confianza aunada a una gran responsabilidad que no terminaría nunca de agradecer por lo que hicieron de mi.
Yo llegué a mi servicio social con muchísimas ganas de trabajar con la comunidad, con un proyecto de tesis sumamente prometedor cómo complejo pero que involucraba eso, el trabajo directo con las mujeres. Y ahí tuve la gran fortuna de conocer a la Dra. Iciar Fernandez de Alarcón, “Ichi”, cómo le gustaba que le llamaramos. En un momento de grandisíma frustración, en el que veía cómo el programa sometía a las mujeres y estaba lleno de violencia institucional, me topé a esta mujer que venía con un proyecto de trabajo para enseñarle a éstas a ayudarse a sí mismas pero sobre todo, a otras mujeres. Ella me mostró un mundo de posibilidades, no basta con quejarse, hay que hacer algo, pero hay que saber cómo.
También hay rostros que jamás olvidaré. Hay pacientes que marcaron para siempre mi forma de hacer enfermería. Yo creo que de quien más me llevo, es de Lucrecia. Pero para hablar de ella necesitaría hojas y hojas enteras, así que lo haré en otra ocasión. Pero también está don Enrique, doña Tere y Asunción, Yareli, Marisol, Doña Paula y chuchito, Doña Joaquina y Don Mario, Conchi… conchi… tanto ella cómo Lucrecia se quedaron tatuadas en cada una de mis conversaciones sobre violencia de género.
También están otros personajes que aunque no fueron mis pacientes, son parte de mis imágenes del servicio, cómo Lorena, Reinita, Doña Mari, Don Anastasio, y Doña Wilma.
También me llevo recuerdos exquisitos con Javier, y hasta con Ivan –Médicos pasantes-aunque me haya peleado con el por Lucrecia. Jamás olvidaría los experimentos que hicimos con Josue hasta que se les ocurrió que podría tener un feocromocitoma, los quistes extirpados clandestinamente después de las 4PM, el six en la residencia, el módulo de salud sexual, y sobre todo, los puntos sarnoff y subdérmicos –Gracias Javi, eres un buen maestro-.
En fin, una gran colección de recuerdos que se complementan con los de este último mes en la coordinación con los otros pasantes de enfermería…. Pero de ellos no hablaré, sólo pondré las imágenes que dicen más que mil palabras.


En fin. Un gran año, vamos por lo que sigue.

3 respuestas humanas:

  • Anónimo dijo...

    Wow me gusta tu blog, tu manera de describir las situaciones, como nos podemos entender contigo como recién egresados de la carrera, es algo muy lindo que no había visto. De donde son ustedes?. Me gustaron todas tus vivencias, como descubriste tu camino poco a poco, es algo muy motivador para nosotros como pasantes. Saludos...

  • Diana Bañuelos dijo...

    Hola, somos de Mérida Yucatán México, gracias por comentar. Creo que cada año de servicio social es diferente, a veces puedes quedarte con las cosas malas, pero es algo absurdo entiendo que, esto es un ir y venir de situaciones unas mas díficiles o más fáciles de las que podemos y debemos tomar todo el aprendizaje que sea posible. Saludos para ti tambien, Diana.

  • Anónimo dijo...

    OMG!!

    me gusto esta nota...

    creo que me estan abriendo mas los ojos de que tenemos una gran responsabilidad yo como estudiante y casi x salir a hacer mi servicio estoy ansioso por esa responsabilidad. ... tengo miedooo XD jaja

Publicar un comentario

También queremos leerte! Todos somos enfermería!

 

©Copyright 2011 Somos Enfermería | TNB